Pues sí, no había duda de que había una fisura en la bolsa porque después de un ratito esperando, no dejaba de salir un chorrito de vez en cuando. Me aseguré de que las aguas estaban claras, porque si hubieran estado manchadas, nos hubiéramos tenido que ir más bien rápido al hospital. Como todo estaba bien, me puse una compresa posparto y decidí empezar con mi plan. ¿No sabéis cuál era mi plan verdad? Os lo cuento.
Cuando vas a un hospital a recibir a tu bebé pueden pasar dos cosas: que te toque un equipo de sanitarios que sea “de tu rollo”, o que te toque uno que no. Como por desgracia no sabes cuál de los dos vas a tener, muchas mujeres, entre ellas yo, deciden dilatar lo máximo posible en casa para llegar al hospital casi para parir. De esta manera puedes dilatar en un entorno que es para ti seguro y acogedor, puedes estar con tus seres queridos si así lo deseas, puedes poner la luz como quieras, música, el difusor de aceites esenciales, etc. De esta manera la dilatación es más fácil, rápida e indolora para la mamá, y la puede disfrutar sin intervenciones.
Ya que mi primer parto fue rápido, yo no quería correr el riesgo de esperar demasiado para ir al hospital (aunque normalmente cuando llega el momento lo sabes) y le pregunté a Julio Lebrón si él acompañaba dilataciones en casa, y me dijo que sí. Así que acordamos que él estaría con Andi (mi marido) y conmigo en este momento tan guay. Mi idea era llamarlo cuando empezaran las contracciones y cuando estuviera de seis o siete centímetros irnos al hospital. Él mismo se había ofrecido a llevarnos en coche para que no me tuviera que quedar sola mientras Andi aparcaba. Mi amiga y vecina Melissa se haría cargo de Marti mientras mis padres llegaban, si es que aún no lo habían hecho. Como veis estaba todo perfectamente planificado… pero luego pasó la vida.
Lo primero que hice fue bajar y ver cómo nos habíamos dejado la casa. Hecha un asco. Así que recogí el salón por encima para ver si con el movimiento empezaban las contracciones pero nada. De manera que subí a despertar a Andi para que bajara conmigo y me ayudara a limpiar. Él se encargó de la cocina y yo del baño (la cocina estaba bastante peor jijiji, como iba a parir yo, pude escoger). Cuando acabé el baño me dispuse a preparar la habitación de dilatación, que había decidido que fuera el cuarto de juegos de Marti, mi hijita mayor.
Empecé recogiendo los juguetes que aún había en el suelo y después me ocupé de los aromas y la iluminación. Mi difusor de aceites esenciales es además un lamparita con varios colores y un “modo vela” que es mi preferido y por tanto escogí para este momento tan esperado. Los aceites que usaría también los tenía claros: lavanda y mandarina. Cuando las contracciones se hicieran más intensas iba a usar el aceite de mandarina en la espalda a la altura de los riñones para aliviar las posibles molestias que tuviera. También tenía a mano el roll-on que me había preparado mi amiga Patri para el parto. Puse otra lamparita con una muselina por encima en el otro lado de la habitación.
Una vez estuvo todo preparado llamé a Julio para decirle que había roto aguas y me preguntó si tenía ya contracciones y si quería que viniera ya a casa. Le dije que no y que no, porque llevaba un buen rato ya y no había sentido ni cosquillas, así que podía ir para rato. Me dijo que si tenía ganas me echara un ratito a descansar para coger fuerzas para el parto y le dije que eso haría. En la habitación donde estaba hay un sofá-cama de ikea azul que lo tenía abierto y me tendí allí mientras escuchaba el audio de la noesiterapia y respiraba profundamente. Al rato me cansé y me puse a deambular por la habitación para que Luki se fuera encajando. De vez en cuando sentía las típicas molestias que se sienten los primeros días de regla, que en mi caso no suelen ser muy intensas, pero nada de contracciones. A las 3:30, aconsejada por mi amiga Tama que estaba en vela cuidando de su bebé, llamé a mis padres para que vinieran, ya que el camino desde Antequera hasta Sevilla es de hora y media aproximadamente.
Andi seguía preparando cosas y yo seguía dando paseos, respirando hondo y repitiéndome las afirmaciones que tantas veces había repetido en mi cabeza cuando me preparaba para este momento, en el curso de hipnoparto de mi amiga Stephie Carpentier. Sobre las 4:20 o así (no estoy 100% segura de los tiempos) sentí la primera contracción, al rato la siguiente, así que le dije a Andi que viniera conmigo y llamara a Julio y a Melissa. A las 4:30 le mandé un vídeo a Tama enseñándole la habitación y diciéndole que Luki ya venía. Este vídeo lo descubrí hace unos días (no me acordaba de haberlo grabado) y me quedé alucinada del estado en el que estaba yo. Hablando en plata parecía que me había fumado algo jejeje. De la hora del vídeo si estoy segura porque la pone en el móvil.
Habrían pasado unos cinco o diez minutos cuando llegó Julio, y Andi fue a abrirle. Con el ruido de la puerta se despertó Marti, y Andi subió a ver si conseguía volverla a dormir. Acababa de llamar a Melissa pero no contestó, le dije que volviera a llamar en un ratito. Julio entretanto vino a la habitación donde estaba yo. En ese momento estaba teniendo una contracción algo más intensa. Hasta ahora podía haber tenido unas tres o cuatro contracciones. Julio empezó a sacar un aparatito de doppler portátil para escuchar cómo estaba Luki a través de la barriga. Cuando pasó la contracción me senté en el sofá y el me puso el aparatito en la barriga y en ese momento sentí una sensación muy fuerte. Me puse de rodillas o a cuatro patas en el suelo, no lo recuerdo bien, y de repente sentí muchas ganas de ir al baño y hacer de vientre. Le dije a Julio que tenía muchas ganas de empujar y él me dijo que entonces iba a tener que reconocerme ya. Yo sentía como si algo me atravesara y muchas ganas de empujar, incontrolables, tantas que tuve que empujar, y empujar fuerte y sentí como la cabeza de Luki salía de mí. Le dije a Julio que la cabeza estaba fuera y me senté en el suelo como pude, o él me ayudó a sentarme, no lo sé. Recuerdo que me sacó una pierna del leggin y los calcetines y la ropa interior y cuando iba a sacarme la segunda y yo tenía que levantar el pie le dije que lo dejara así (se ve que no quería yo levantar el pie, estas parturientas…). Vimos media cabeza fuera. Me quemaba. Julio llamaba a Andi y me decía que estuviera tranquila y respirara. Eso hice y se me fue pasando el dolor que tenía y vi como la cabeza iba saliendo poco a poco sola. Creo que entonces entró Andi y se encontró con el cuadro. Julio le dijo “ya está aquí” y le pidió que trajera toallas y una manta o algo. Estábamos los dos en el suelo “pelao” y sin un “ná” como se dice aquí. Yo ya estaba más tranquila y relajada y no sentía dolor, tan solo la presión que supone tener a un bebé con la cabeza fuera de tu cuerpo y a punto de terminar de salir.
La gente me pregunta si pasé miedo en ese momento, y la verdad es que no. No sé si porque fue todo muy rápido, o porque estaba allí Julio. Yo sé que pensé que todos sabíamos lo que teníamos que hacer: Julio sabía atender un parto, yo sabía parir, y Luki sabía nacer, ¡vaya si sabía!
Esperamos un momento. Recuerdo mirar a Andi, que se había sentado en frente de mí en una minisilla de la mesita de Martí, y ver que tenía lágrimas en los ojos. Julio me tocó un poco la barriga y la siguiente contracción llegó. Empujé y salió el resto del cuerpo de Luki. Ya estaba aquí. Lo había parido en dos contracciones en el suelo de casa. No me lo podía creer. Creo que hablo por los tres si digo que fue bastante flipante. No había sentido la dilatación y había tenido seis o siete contracciones y menos las 3 últimas, fueron todas más bien flojitas.
Aunque en mi plan de parto había escrito que quería sacarme yo misma a Luki, en ese momento necesitaba las manos en el suelo para empujar. Así que fueron las manos de Julio las que lo recibieron y enseguida me lo pusieron encima. He dudado bastante sobre poner esta foto tan especial para mí en internet. Al final he decidido hacerlo porque estoy convencida de que es la foto más increíble que jamás me podrán echar. Espero que os emocione tanto como a mí.
Cuando pasó un ratito quise sentarme en el sofá porque me dolía el culete de estar en el suelo. Andi fue a nuestro dormitorio y le quitó a nuestra cama el cubrecolchón para ponerlo en el sofá y que yo me pudiera sentar sin miedo a estropearlo. Estábamos allí la mar de contentos los tres hablando, esperando a que saliera la placenta y llegaran mis padres para irnos al hospital. Luki tenía una especie de “quejidito” al respirar, y Julio me dijo que era por el parto tan rápido, que necesitaba tiempo para adaptarse a respirar fuera. Me comentó que en el hospital querrían observarlo pero que no era nada preocupante. Poco después alumbré la placenta y la pusimos en un tupper de cristal. Como no teníamos nada estéril, decidimos dejar el cordón sin pinzar hasta que llegáramos al hospital.
Al poco tiempo llegaron mis padres, que ya estaban informados de todo por Andi, y estaban deseando llegar para conocer a su nieto. Tras hacer las presentaciones yo quise ducharme y mi madre me acompañó por si me mareaba, aunque yo insistía en que estaba estupendamente. Me dijo Julio que me había desgarrado un poquito, pero yo no sentía nada, serían las hormonas…
Después de ducharme cogimos a Luki, y Andi y yo nos fuimos al hospital. Como ya había parido decidimos ir al hospital Quirón porque pensamos que allí estaríamos más cómodos en una habitación individual.
Y así fue el parto de mi niño pequeño, Luki, que como su tocayo vaquero, Lucky Luke, es un bebé con suerte y “más rápido que su propia sombra”.
Un fuerte abrazo de Lola, tu doula.
Por partos así en toda la humanidad!!!
Muchas gracias Laura, ojalá todas las mujeres parieran sin dolor y en un ambiente tan bonito. Un abrazo.
Es el parto más increíble que conozco. Eres una valiente y Lucky un campeón.
La foto me parece brutal, salvaje, real, fuerte y literalmente para enmarcar.
Gracias por compartirlo 💜
A mí se me escapa un lagrimita cada vez que veo la foto… no lo puedo remediar 🙂
Enhorabuena Lola. Realmente increíble el parto y el modo de afrontarlo.
¡Muchas ganas! Me preparé un montón durante el embarazo y estaba deseando de que llegara el momento. Lo que no me esperaba es que fuera a ser así, pero desde luego fue como tenía que ser. Escogió Luki 🙂
That’s beautiful. Thank you do much. May I have your permission. To use it, and the photo? x
Yes Katherine, you have my permission. I am glad that you liked it. Besitos.